No estamos preparados para el cambio de ciclo

Ha ocurrido antes. Nuestras relaciones, la economía real y la tecnología no sólo están en crisis, están en un profundo proceso de transformación. Con una diferencia, esta vez estamos aún menos preparados.

Durante estos años de estabilidad tecnológica, la década móvil 2010-2020, se ha promovido el distanciamiento entre las personas y la tecnología real. Hemos convertido nuestra relación con los dispositivos en un mero acto de consumo donde se confunde a propósito la accesibilidad, la privacidad y la seguridad con mantener al usuario en la ignorancia.

Y es que la forma en la que diseñamos nuestro entorno (sean dispositivos, sistemas operativos, tiendas de aplicaciones o incluso nuestras ciudades) modelan nuestro cerebro y comportamiento. Una plataforma cerrada, no interoperable con otras, genera contenidos distintos y dirige la innovación, cuando no la detienen, hacia otro lugar. Casos extremos como la eliminación de categorías completas del tipo «emulación» (clave para la preservación de la historia y cultura de los videojuegos), no permitir el uso de otro navegador más que Safari o el incentivo perverso del monopolio de tiendas de aplicaciones para promover sistemas cada vez más agresivos en la monetización de videjuegos (lootboxes) afectarán al devenir del próximo ciclo.

Me voy al último gran cambio que vivimos, la popularización de internet. Entonces conseguimos establecer unos principios fundacionales que todo el mundo conocía y respetaba, la neutralidad de la red. ¿Cual sería nuestra reacción si una operadora decidiera hoy cobrar según qué sitios visitas?. Pero para llegar a esa conclusión necesitas tener una idea mínima de cómo funciona la red y sus servicios, apreciar la tecnología como un recurso valioso que debe ser protegido. Hoy hemos perdido toda referencia. Según las grandes compañías el usuario no debe conocer lo que es un fichero, una estructura de directorio, cómo funciona la distribución de contenidos… todo lo que no sea una jardin vallado, una caja negra sin alternativas, es el apocalipsis. Menos mal que existió Mac, y 50 años de informática, antes que iPhone o Android.

Sí, digo Android, porque su propósito es el mismo que le Apple pero con una estrategia mucho más peligrosa. Minar desde abajo, aprovechando falsos estándares, imponiendo limitaciones a bajo nivel (requerimientos técnicos imposibles de cumplir para sus competidores, la autopromoción sin límites de sus servicios, etc.) toda posibilidad real de competir.

La prueba es que las grandes tecnológicas han terminado degradando silenciosamente la cadena de valor hasta llegar a internet y no tenemos ninguna capacidad crítica, es más, compramos los argumentos que nos mantienen cautivos. Ver las reacciones en reddit de las comunidades de Apple y Google es la fiesta del síndrome de estocolmo.

El móvil es desde hace tiempo el primer dispositivo de elección para conectarte a internet y nunca ha sido neutral. El Sistema Operativo, la tienda de aplicaciones o incluso el navegador son vistos por estas compañías como un recurso a explotar para mantener su ventaja competitiva. Google y Apple NO cumplen los mínimos que establece la Neutralidad de Dispositivo, afectando a la propia Neutralidad de la Red. Si el medio con el que accedes a internet no es neutral, tampoco lo es la red. Lo cierto es que ya ni eso nos conmueve.

Cómo hemos llegado a asumir que no tienes derecho a decidir qué instalas en tu propio dispositivo, elegir la fuente de tus aplicaciones, tu navegador o buscador. Cómo hemos llegado a asumir que el desarrollador no puede establecer relación directa con sus usuarios, entregar versiones libremente desde su web sin consecuencias, decidir en qué condiciones vende sus productos o con qué sistema de pago. ¿Puedes decir que un dispositivo que no tienes opción de controlar es realmente tuyo?.

La solución no es explicar a los usuarios que algunas puertas deben permanecer abiertas por el bien de todos, que permitir una alternativa razonable a quien lo desee no afecta a los que quieren permanecer en el estricto control de estas compañás. Tampoco advertir que la exclusividad de la privacidad o la seguridad en dos únicas empresas no significa que la privacidad o la seguridad sean mejores. Ya lo hemos probado, no funciona, no pueden verlo porque no saben de qué estamos habando, hemos sido desconectados progresivamente con éxito por Google y Apple. Consumir lo que decidan como ellos decidan. Su codicia, comisionar el 30% de toda la actividad que se produzca en todo el mundo, es un incentivo demasiado fuerte. No podemos ni imaginar los volúmenes que suponen estos ingresos, para muestra, la empresa que más ingresa por videojuegos en el mundo no es ni siquera una compañía de videojuegos.

Llegados a este punto, sin la capacidad crítica de los usuarios, el último bastión de defensa que nos queda es exigir desde arriba, desde los gobiernos, el diseño de entornos que fortalezcan estas ideas. Obligar a las grandes tecnológicas a cumplir los mínimos establecidos por la neutralidad de dispositivo y de red en cada capa. Que garanticen el libre mercado y la competencia justa.

Entonces llegará el día que que cuando escuches que Google, Apple o Microsoft no cumplen la neutralidad de dispositivo reacciones como cuando hace 20 años se planteaba que una operadora pudiera no respetar la neutralidad de la red. Hasta entonces no estaremos preparados.

Algunas respuestas sobre qué estamos pidiendo: Device Neutraity FAQ

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