
En la sentencia de la comisión europea por abuso de posición a Google hay dos pequeños apuntes a los que poca gente ha prestado atención. Android y Adsense son el premio gordo:
¿Qué está ocurriendo con Google?
Es esencial discernir si Google es un caso especial que justifique la intervención.
Desde el punto de vista orgánico y en lo que se refiere a comercio electrónico no hay caso. La cuestión que aborda Sistrix es correcta, principalmente si atendemos a la posición de Amazon en Google.
El asunto se complica si hablamos de espacios pagados. Imagina que es Google quien compra esos espacios publicitarios para sus propios productos. Se los está comprando a ella misma en base a un sistema de puja totalmente opaco. ¿Qué precio se aplica?, ¿Es justo para el resto de compradores?.
Incluso imagina que directamente no marca estos espacios como publicidad, no son orgánicos, tampoco están a la venta… bienvenido a Android. Prueba a hacer la búsqueda de cualquier App en móvil y verás alguno de sus creativos widgets apuntando a su servicio Google Play en la posición cero.
¿Se reduce el abuso entonces a un tema de marketing online o a una cuestión meramente relacionada con el tamaño de la compañía?. No, también hay factores cualitativos. El más importante es que el móvil no es una plataforma neutral – como ocurre en el escritorio – está profundamente intervenido por Google, que erosiona la industria con un doble discurso en cuanto a estándares y otras tecnologías en apariencia abiertas -.
A esto tenemos que añadir que allí, en el espacio móvil, no solo proporciona búsquedas, también vende publicidad, en muchos casos dispositivos, controla el sistema operativo, navegador, aplicaciones vía Google Play… y ahora también vende directamente contenido.
No tenemos ningún precedente parecido, ni por tamaño, ni por el control que puede ejercer sobre la información que consumimos. La cuestión que debemos plantearnos es si Google es solo una empresa más o debe asumir alguna responsabilidad debido a la tremenda relevancia de lo que ordena.
Si es lo primero – opinión que entiendo -, fin de la discursión. El producto es suyo y se lo follan como quieren. AKA:
En otro caso y si se quiere entrar en el fondo del asunto, ni la comisión europea ni aquellos que no trabajan en las proximidades de las cloacas de Google – liberales o no – entiende el problema.
Descifrar la estrategia de Google estos últimos años requiere estudiar la continuada degradación y control de internet a través de tecnologías como AMP o InstanApps, toda clase de elementos arbitrarios no publicitarios (widgets, paneles, snippets) sobre resultados orgánicos, bloqueos por motivos de seguridad injustificados que afectan al índice, limitaciones al acceso a herramientas en sus navegadores móviles (ej. no permitiendo adblockers), control de Android via servicios de Google Play / fabricantes, utilización interesada de conceptos y tecnologías open-source, políticas arbitrarias en todo tipo de productos en publicidad online a los que no hay una alternativa real… por no meternos en temas de privacidad y utilización de los usuarios como mercancía.
Un problema muy complejo que no se resuelve de forma simplista bajo el lema «los consumidores los eligen, todo vale».